Turcón llama a un Compromiso ciudadano por el clima.

Los ecologistas de Turcón animan a participar de una manera decidida en las actividades programadas dentro de la campaña “Muévete por el clima” organizada por los colectivos ecologistas de Canarias y que tendrá su acto central el sábado 28 de noviembre en la Plaza de Santa Catalina del municipio capitalino de Las Palmas de Gran Canaria.
Esta propuesta será presentada en la mayoría de instituciones de Gran Canaria con la finalidad de aunar sensibilidades y apoyos a un tema tan importante en las agendas políticas y ciudadanas.

Muevete por el clima

Muevete por el clima

La lucha contra el cambio climático requiere compromiso ciudadano y responsabilidad de los Gobiernos, situaciones de esta índole demandan acciones políticas y cambios de modelo de vida que supongan enfrentar los riesgos a nivel global que suponen esta problemática ambiental y de supervivencia y en esta estrategia sin lugar a dudas la ciudadanía debe de tomar una actitud activa y comprometida.
No cabe duda que cada vez hay más sectores preocupados por el cambio climático, y son conocedores de las consecuencias que afectarán directamente a abundantes comunidades con graves y definitivas consecuencias, para el medio ambiente, y para las personas. Parar esta situación, es necesario implementando un cambio de modelo en armonía con los límites del planeta, imposible resistir con las emisiones y atropellos actuales. En este estado de cosas los gobiernos y las instituciones, con el decidido apoyo de sus vecinos-as conscientes, deben tomar medidas inmediatas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, sirvan como dato que es en los núcleos urbanos habitados es donde se producen un 70% de las emisiones de dióxido de carbono, en Canarias aumentado por un parque móvil galopante y de los más altos a nivel planetario.
Haciendo un desglose por actividades productivas, estas serían según últimos datos las que más contribuyen al cambio climático, el consumo de energía (72,1%), la agricultura (11,1%), la Industria (5,8%), el cambio de uso de la tierra y la deforestación (5,7%), los residuos (3,1%) y el fuelóleo, la parte de combustible más pesado que se extrae del petróleo (2,2%); un amplio espacio donde generar acciones y estrategias para disminuir los porcentajes y sus efectos perniciosos sobre el clima..

Con fecha ya definida, 30 de noviembre al 11 de diciembre, en París tendrá lugar la cumbre del clima, la COP21, con el primario objetivo de aprobar un acuerdo de lucha contra el cambio climático. En paralelo, el día 4 de diciembre se celebrará, bajo el auspicio del Ayuntamiento de París, la Cumbre sobre el Clima para Líderes Locales’, el encuentro mundial más grande de alcaldes y gobernadores locales centrado en el cambio climático. Estos gobernantes harán oír las voces de los municipios y que se reconozcan los esfuerzos locales durante el proceso de negociaciones internacionales; de modo que la gestión energética, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, la adaptación, la calidad ambiental y la pobreza energética sean prioridades en la agenda política y ciudadana.
Así, instituciones y ciudadanos-as serán actores principales, aunque no los únicos, que sustenten las medidas de freno contra el calentamiento global, que debe empezar por una planificación urbana que reduzca la huella ecológica de la ciudad y cree el camino hacia una planificación urbana basada en un horizonte 100% renovable y sostenible.
Otro compromiso de ciudadanía son las políticas de movilidad más urgentes y necesarias que deben ser simultáneamente de disuasión y estímulo. Disuasión del uso del coche mediante los múltiples mecanismos posibles (parquímetros, restricciones de acceso, peajes, no ampliación de carreteras, pacificación del tráfico). Estímulo de los medios más favorables (mejoras en el transporte público, con carriles exclusivos, itinerarios peatonales y ciclistas seguros, ampliación de aceras). Todo ello, en el marco de Planes de Movilidad Sostenible, que son una de las grandes carencias de nuestros espacios habitables.
Según el último informe del IPCC los impactos del calentamiento se han hecho notar en todos los continentes. El nivel del mar sube 3 milímetros al año (según los satélites), los glaciares se deshielan, retroceden las capas de hielo, existen cambios en la vegetación y la fauna, o impactos severos sobre los arrecifes de coral, la productividad de las cosechas ha disminuido y los cambios en la salud son manifiestos.
Las afecciones serán, escasez de agua, inseguridad alimentaria, daños y pérdidas humanas por fenómenos meteorológicos extremos cuya intensidad y frecuencia está previsto que aumente, como inundaciones, tormentas, olas de calor o sequías, asimismo la OMS avisa del aumento en la propagación de enfermedades, contaminación ambiental y mayor número de personas desnutridas.
Los tiempos de actuación y prevención de las peores consecuencias se agotan, imprescindible la toma de medidas rápidas, evitando el colapso ambiental cercano, redundando en un incremento de la calidad de vida de la ciudadanía y abogando porque Canarias no siga siendo un territorio con excepciones al cumplimiento de las limitaciones de emisión, sino por el contrario que se convierta en un referente mundial en el desarrollo, aplicación y uso de las energías limpias y renovables; a la vez que se fomente de igual forma la soberanía energética y alimentaria de sus habitantes.
Entendiendo la necesidad de la corresponsabilidad en la toma de actuaciones desde la ciudadanía comprometida se demanda a sus administraciones más cercanas, los municipios, comunidad autónoma y cabildos, una decidida intervención en la que el movimiento ciudadano debe aportar su apoyo garantizado, a medidas tales como estas:
 Convertir a la mayor brevedad los entes públicos citados en sostenibles estableciendo entre otros objetivos que todos los suministros energéticos institucionales estén basados en energías renovables. Impulsar un programa de ahorro y eficiencia energética en los edificios públicos.
 Elaborar un plan de choque para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, identificando los focos más importantes y realizando planes de actuación para reducir sus emisiones y poniendo en marcha medidas de impulso a la movilidad a pie, en bicicleta y en transporte público, reduciendo drásticamente el uso del automóvil, creando carriles peatón-bici y pacificando la ciudad de esta manera.
 Introducir en las ordenanzas locales e institucionales criterios de sostenibilidad y lucha contra el cambio climático, no solo en la actuación corporativa sino también en la adjudicación de servicios, de forma que se priorice estos criterios frente a los economicistas.
 Se aumenten progresivamente las capacidades de los entes públicos para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, que ya se está produciendo. Adaptación del planeamiento urbanístico y ordenanzas a esta nueva situación. Los planeamientos tienen que ser responsables con la disminución de los niveles de gases de efecto invernadero.
 Formar parte de una red de ciudades contra el cambio climático, ya que este esfuerzo debe de ser compartido por la mayor parte de los entes públicos para que adquiera efectividad, relevancia y compromiso de sus habitantes en los objetivos definidos y consensuados de manera participativa por sus ciudadanos-as y gobernantes.
 Incrementar el verde urbano el equivalente a un metro cuadrado por los habitantes actuales, emplazando a los diversos colectivos económicos y sociales, administraciones, empresas, entidades sociales y muy especialmente a la ciudadanía. Crear un jardín por la biodiversidad y el clima.
 Incluir la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones de la planificación municipal para el desarrollo de la estrategia de lucha contra el cambio climático y como mecanismo de control para la correcta puesta en marcha de las medidas desde órganos de participación conjunta (Grupo de Energía y Cambio Climático dentro de un Consejo Ciudadano para la Sostenibilidad).

Consideramos que estos compromisos situarán a las instituciones y sus ciudadanos-as en la buena senda para una transformación del modelo que nos ha traído a la situación actual, generando con ello una ciudad más ecológica, sostenible, amable y habitable que esté a la vanguardia social y ambiental. Es el momento de actuar para frenar el cambio climático y poner de manifiesto el firme interés de las organizaciones ciudadanas y entidades públicas en avanzar conjuntamente.

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